La “ambición silenciosa” es un fenómeno que se está observando en la Generación Z, quienes están ingresando al mercado laboral. Valoran su vida personal y desean tener una buena carrera, pero no están dispuestos a “dejar todo en la cancha”.
Ellos priorizan su espacio personal y la vida que están construyendo fuera del trabajo. Esto no significa que no hagan bien su trabajo o que no tengan interés en crecer, pero no están dispuestos a hacerlo a cualquier costo. A menudo prefieren ocupar posiciones en las que se sientan cómodos y donde puedan aportar, sin necesariamente aspirar a roles de liderazgo que impliquen sacrificar su vida en favor de la empresa.
Esta situación puede representar un desafío para las organizaciones que buscan colaboradores ambiciosos, dispuestos a crecer y a dar el 120%. Las formas tradicionales de motivación ya no son efectivas con los jóvenes de hoy. Por lo tanto, entender cómo motivarlos, desafiarlos y, en última instancia, cómo retenerlos e integrarlos en la cultura de la empresa se ha convertido en un desafío crucial.
A menudo, esta generación considera sus trabajos como etapas transitorias, por ejemplo, para luego mudarse a otros países como Australia. Ya no se alinean con los modelos tradicionales que las empresas solían considerar al planificar la carrera de sus colaboradores.
Encontrar jefes empáticos está entre los 10 requisitos más valorados al cambiar de trabajo. No solo se trata del salario o la ubicación, sino de preguntas como:
¿Tendré un buen líder?¿La empresa me ayudará a crecer? ¿Habrá oportunidades de desarrollo? ¿Cómo es la cultura organizacional?
Si estás interesado en saber más, escucha la entrevista que tuvo Sarah Machado en el programa Transformación Digital y Sostenible de Radio La Clave.
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